Los turistas
extranjeros lo contrataban para que los llevara a diversos sitios de la región. Cuando no tenía que ir a la escuela lo
acompaña en los viajes y algunas veces pasan la noche en la selva. Salieron los
cuatros hacia el Parque Amacayacu, llevo al perro Brujo y lo dejaran amarrado
en la canoa por seguridad. Llegaron al
dosel y lo primero que vio fue un gran árbol de ceiba tiene unas grandes aletas
que se apoyan en la tierra, estas se usan como señales a distancia cuando están
perdidos, son los radios y teléfonos de las selvas, su sonido se oye desde muy
lejos depende de los golpes que se le dan. Estos árboles llevan más de
trescientos años creciendo. Miraba la
selva desde la altura y contemplaba el dosel, una sombrilla gigante que forma
el follaje de los arboles más altos. Llegué al mirador la selva vista desde allí era un inmenso tapete verde. Luego se animó mi madre y también subió tomándose
todo su tiempo, luego subió mi padre, sin señales de fatiga, luego amarrados a una cuerda aérea
que iba sobre las cabezas recorrieron el puente. Luego para bajar a tierra fue
cosa de unos segundos siempre protegidos con un arnés se deslizaron por la soga
y llegaron al suelo y volvieron a Puerto Nariño.
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